Día 4. Lectura de mano
20 de Septiembre. Miércoles
Anil, esta vez puntual, nos espera fuera del hotel para llevarnos hasta el Fuerte Amber, nuestra primera parada. Para llegar atravesamos, esta vez de día, la Ciudad Rosa que a esas horas de la mañana parecía mucho más tranquila. Paramos a sacar foto al Palacio de los Vientos y continuamos el trayecto. Al parecer dentro no había nada más que un hall enorme.
Foto del Palacio de los Vientos en la Ciudad Rosa de Jaipur
Subiendo una montaña divisamos el Fuerte Amber. Hicimos una parada para sacar foto desde lejos y admirar sus dimensiones. Imponente desde ahí abajo, algunas personas aprovechaban esos momentos de fotografiar para ponerte una cobra medio muerta al lado y hacerla bailar con la flauta.
Fuerte Amber desde la carretera, Jaipur
Al llegar al parking frente al fuerte nos comentaron que no se podía subir en elefante (cosa que nos entraba en el itinerario) debido a que había un festival durante toda la semana, comenzando al día siguiente, y todos estaban siendo controlados por los veterinarios (mucho me extraña a mi que se preocupen tanto por los animales cuando los tienen arriba y abajo del fuerte durante todos los días del año, menos hoy, claro). Sentí alivio en realidad, no quería formar parte de ese circo y explotación animal. Así que ante ese incidente Anil nos propone dos cosas, o subir por un centenar de escaleras a 40º hasta arriba de la montaña o... subir en coche. Creo que sobra contar nuestra decisión.
Mientras subíamos, en coche por supuesto, sonó el teléfono de Anil, y quién era? El jefe Haroon, que quería hablar conmigo. Como este hombre se entera de todo casi antes de que lo hagamos nosotras, se lamentó por lo de los elefantes pero en compensación nos ofreció... o acudir al sitio donde tienen mas elefantes y dar un paseo de 20 min con ellos, o hacer un SAFARI en camello de 1h por Pushkar, nuestro siguiente destino. Wow, un safari y con lo divertido que es montar en camello molaba. Al menos a estos pobres no les domestican con pinchos y látigos, están acostumbrados a los paseos con personas (o eso quiero creer). Safari adjudicado.
Antes de llegar al Fuerte pasamos por una antigua ciudad medio derruida que estaba en la base de la montaña. Había un contenedor de agua que suministraba a la ciudad y estaba repleta de monos, monitos y mamas monos. Ah, un jabalí, una cabra y varias vacas. Solo hemos tenido que ir a una zona más rural para encontrarlas por todas las esquinas, pero no son vacas famélicas, eh!! Todo lo contrario, son hermosas vacas todas.
Mientras subíamos, en coche por supuesto, sonó el teléfono de Anil, y quién era? El jefe Haroon, que quería hablar conmigo. Como este hombre se entera de todo casi antes de que lo hagamos nosotras, se lamentó por lo de los elefantes pero en compensación nos ofreció... o acudir al sitio donde tienen mas elefantes y dar un paseo de 20 min con ellos, o hacer un SAFARI en camello de 1h por Pushkar, nuestro siguiente destino. Wow, un safari y con lo divertido que es montar en camello molaba. Al menos a estos pobres no les domestican con pinchos y látigos, están acostumbrados a los paseos con personas (o eso quiero creer). Safari adjudicado.
Antes de llegar al Fuerte pasamos por una antigua ciudad medio derruida que estaba en la base de la montaña. Había un contenedor de agua que suministraba a la ciudad y estaba repleta de monos, monitos y mamas monos. Ah, un jabalí, una cabra y varias vacas. Solo hemos tenido que ir a una zona más rural para encontrarlas por todas las esquinas, pero no son vacas famélicas, eh!! Todo lo contrario, son hermosas vacas todas.
Fotos de la ciudad abandonada a los pies del Fuerte de Amber, Jaipur
Al llegar arriba el calor era insoportable. Desembolsamos lo que ya viene a ser lo habitual en un templo, 500 rs, aunque delante nuestro, un extranjero consiguió su entrada y la de su chica por 200 rs por ser estudiante. Unos estudiantes muy maduritos, pero que tenían carnet (o de estudiante o del metro, o de vete tu a saber...). La cosa es que se lo montaron bien. Desde allí se divisaban la murallas que rodeaban el recinto por toda la montaña, la imagen era espectacular, no se veían los límites de la fortificación. Y por primera vez en todo el viaje estábamos rodeadas de turistas! Españoles, franceses, chinos...catalanes... Menuda alegría!
Fotos del interior del Fuerte Amber, Jaipur
Ya de vuelta nos paramos a sacar una foto con el Palacio del Agua de fondo. Al parecer un generoso marido no quería ser molestado por nadie cuando estaba con su esposa (se supone que que una de las tantas que tenía) y decidió construir un palacio en mitad del lago (pobre mujer, habría que haberle preguntado a ella si le gustaba la idea)
Foto del Water Palace, Jaipur
Anil nos llevó después a la tienda de otro "amigo", esta vez sector joyería. Accedimos a un taller donde nos explicó todos los artilugios con los que trabajaba, daba forma a las piedras, las pulía y lo mismo con la plata y el oro. Después pasamos directamente a la tienda. Empezó a enseñarnos primero, como no, lo bueno bonito y caro, no sin antes preguntarnos a qué nos dedicábamos, como si esa información le pudiera indicar qué es lo que estábamos dispuestas a pagar. Como no se enteraba de que una recepcionista y una auxiliar de sanidad tenían lo justo y necesario para pagar ese viaje y poco mas, le dijimos que directamente nos sacara lo bueno, bonito y barato, por favor. Entonces aparecieron las pulseras de plata de "no tan buena calidad" como ellos decían.
Me llevé 3 pulseras, y pagué con la tarjeta 37,50€ (menos mal que en la India la plata es suuuper barata).
Entonces nos empezó a hablar de unas piedras, las cuales correspondían con el color de nuestro aura. La de Gemma era una de color azul claro, y la mía una verde. Le pregunté si lo decía por el color de nuestros ojos y me volvió a explicar que era por el aura. Me interesé de nuevo en si de verdad podía verlo, y me contestó que así lo hacía con cada persona, pero que si le daba mi mano izquierda entonces me podía contar aún mucho más. Le acerqué mi mano con una condición, que no me contara lo malo.
El hombre decidió empezar por algo que ya sabía, mi salud. Según Venus o Júpiter o alguno de esos montes, sufro de migrañas y no duermo bien por las noches (cierto, creo que tengo que echarme más corrector de ojeras).
Tengo algún problema en mis rodillas (cierto, condromalacia rotuliana pero... eso él como lo sabe?).
Tengo el estómago muy sensible (demasiado cierto, cualquier cosa me sienta mal y vomito con mucha facilidad).
Cuando comienzo a ponerme enferma siempre empiezo con la garganta (esto ya no tiene gracia, lo está clavando).
Tengo muchos talentos y hay muchas cosas que se me dan bien (hombre, estaría feo que dijese que es verdad, pero si que se un poco de todo y un mucho de nada).
Estoy trabajando en algo pero no es lo que quiero hacer de verdad, quiero montar algo yo sola y perseguir mis sueños, que son muchos, pero que posiblemente en mi entorno más cercano no me dejan elegir ese camino (creo que acierta de nuevo). Y es posible que lo que monte y donde viva no sea en la ciudad donde estoy actualmente (vale, podría ser, no hay que cerrar puertas nunca). Ahora estoy algo débil de salud pero a partir de los 38 todo mejorará, seré mucho mas fuerte y... ah!...me casaré también a esa edad (bueno, jejejje, ver para creer, aquí queda todo escrito).
A mi me parece que más que la manos, este hombre ha estudiado iridiólogía y ha visto mi salud en mis ojos, todo lo demás está por ver, aunque podría ir bastante encaminado.
Hora de comer, un día más que nos decantamos por noodles y patatas fritas en aceite de mil sabores. Unas 800 rs con propina.
A la tarde fuimos al City Palace y al Observatorio, pagamos 500 rs y 200 rs respectivamente. Anil nos sacó las entradas a precio de estudiante, cuando en realidad en taquilla marcaba 500 rs. No sabemos por qué ese detalle, pero podía haberse estirado también en el resto de entradas. Nos dolió bastante pagarlas ya que no nos gustó mucho lo que había dentro. A ver, era interesante, pero ese día hacía muchísimo calor y estábamos agotadas, muertas, sofocadas, cansadas... Parecía que estuviésemos en el mismo infierno, nuestras botellas de agua se calentaban al instante y no te quedaba otra que beber el agua caliente.
Me llevé 3 pulseras, y pagué con la tarjeta 37,50€ (menos mal que en la India la plata es suuuper barata).
Entonces nos empezó a hablar de unas piedras, las cuales correspondían con el color de nuestro aura. La de Gemma era una de color azul claro, y la mía una verde. Le pregunté si lo decía por el color de nuestros ojos y me volvió a explicar que era por el aura. Me interesé de nuevo en si de verdad podía verlo, y me contestó que así lo hacía con cada persona, pero que si le daba mi mano izquierda entonces me podía contar aún mucho más. Le acerqué mi mano con una condición, que no me contara lo malo.
El hombre decidió empezar por algo que ya sabía, mi salud. Según Venus o Júpiter o alguno de esos montes, sufro de migrañas y no duermo bien por las noches (cierto, creo que tengo que echarme más corrector de ojeras).
Tengo algún problema en mis rodillas (cierto, condromalacia rotuliana pero... eso él como lo sabe?).
Tengo el estómago muy sensible (demasiado cierto, cualquier cosa me sienta mal y vomito con mucha facilidad).
Cuando comienzo a ponerme enferma siempre empiezo con la garganta (esto ya no tiene gracia, lo está clavando).
Tengo muchos talentos y hay muchas cosas que se me dan bien (hombre, estaría feo que dijese que es verdad, pero si que se un poco de todo y un mucho de nada).
Estoy trabajando en algo pero no es lo que quiero hacer de verdad, quiero montar algo yo sola y perseguir mis sueños, que son muchos, pero que posiblemente en mi entorno más cercano no me dejan elegir ese camino (creo que acierta de nuevo). Y es posible que lo que monte y donde viva no sea en la ciudad donde estoy actualmente (vale, podría ser, no hay que cerrar puertas nunca). Ahora estoy algo débil de salud pero a partir de los 38 todo mejorará, seré mucho mas fuerte y... ah!...me casaré también a esa edad (bueno, jejejje, ver para creer, aquí queda todo escrito).
A mi me parece que más que la manos, este hombre ha estudiado iridiólogía y ha visto mi salud en mis ojos, todo lo demás está por ver, aunque podría ir bastante encaminado.
Hora de comer, un día más que nos decantamos por noodles y patatas fritas en aceite de mil sabores. Unas 800 rs con propina.
A la tarde fuimos al City Palace y al Observatorio, pagamos 500 rs y 200 rs respectivamente. Anil nos sacó las entradas a precio de estudiante, cuando en realidad en taquilla marcaba 500 rs. No sabemos por qué ese detalle, pero podía haberse estirado también en el resto de entradas. Nos dolió bastante pagarlas ya que no nos gustó mucho lo que había dentro. A ver, era interesante, pero ese día hacía muchísimo calor y estábamos agotadas, muertas, sofocadas, cansadas... Parecía que estuviésemos en el mismo infierno, nuestras botellas de agua se calentaban al instante y no te quedaba otra que beber el agua caliente.
Fotos del interior del City Palace, Jaipur
De ahí Anil nos llevó a ver otro templo que estaba a las afueras, donde otro "amigo" suyo nos presentó a su hermana y nos hizo unos preciosos tatuajes de henna (500 rs). Mientras estaba haciendo el mío me fijé que un pequeño ratoncito intentaba colarse en nuestras mochilas. Era mas mono... Aunque a Gemma no se lo parecía tanto!!
El templo Gatore Ki Chatriyan costaba solo 30 rs la entrada y fue lo más bonito que habíamos visto hasta entonces. Estábamos solas en el recinto, rodeadas de perfectas estructuras de mármol, pasadizos con escaleras que subían a las cúpulas desde donde podías divisar todo el complejo y sus diferentes ángulos. Familia enteras de monos en el monte y loros verdes volando por
los tejados. Precioso...mágico!
El templo Gatore Ki Chatriyan costaba solo 30 rs la entrada y fue lo más bonito que habíamos visto hasta entonces. Estábamos solas en el recinto, rodeadas de perfectas estructuras de mármol, pasadizos con escaleras que subían a las cúpulas desde donde podías divisar todo el complejo y sus diferentes ángulos. Familia enteras de monos en el monte y loros verdes volando por
los tejados. Precioso...mágico!
Fotos del Templo Gatore Ki Chatriyan, Jaipur
Después nuestro querido conductor nos propuso subir 350 escaleras para ver una panorámica de Jaipur. Nosotras, bien chulas, nos animamos porque ya no pegaba tanto calor y seguro que merecía la pena.
Nada más subir 10 escalones nuestro cuerpo decía no, aunque nuestra mente intentaba no hacer caso. Los escalones estaban en cuesta, eran irregulares y tenían 30 cm de altura muchos de ellos. No creo que llegáramos a subir más de 50 cuando conseguimos hacernos a la idea de las dimensiones de esa ciudad, hermosa , bella y ruidosa hasta desde esa altura. Si, desde ahí se veía perfectamente. Hicimos un alto para beber agua caliente, sacar fotos y calmar nuestros agitados pulmones.
Nada más subir 10 escalones nuestro cuerpo decía no, aunque nuestra mente intentaba no hacer caso. Los escalones estaban en cuesta, eran irregulares y tenían 30 cm de altura muchos de ellos. No creo que llegáramos a subir más de 50 cuando conseguimos hacernos a la idea de las dimensiones de esa ciudad, hermosa , bella y ruidosa hasta desde esa altura. Si, desde ahí se veía perfectamente. Hicimos un alto para beber agua caliente, sacar fotos y calmar nuestros agitados pulmones.
Panorámica de Jaipur
Nuestra siguiente parada fue a una tienda de especias, y de la misma manera que entramos, salimos. Nos querían cobrar 1000 rs ( unos 13€) por unas muestras de especias, MUESTRAS! Tarritos pequeños con variedad de semillas y polvos. Le dije muy amablemente al chico que en nuestro país encontrábamos tarros grandes de especias por, mas o menos, 2€. También muy amablemente el chico me dijo que entonces me fuera a mi país a comprar, y mientras intentábamos terminar de tomar el té hirviendo que nos habían preparado, le dije que eso mismo iba a ser lo que haría. Increible!
A las 18h teníamos 2 opciones, o ir a cenar a algún sitio que nos llevase Anil, o al hotel. A esas horas cenar es inviable porque a las 3 de la mañana puedo estar canina como el otro día... así que decidimos ir al hotel y una vez allí buscar algún café cercano con WIFI y cenar. Habíamos visto que la carta del hotel prometía pero cuando llegamos allí para dejar las cosas e ir al baño me llamó mi hermano, y que te llame tu familia, encima mi hermano, no podía significar nada bueno. Aún así no le cogí el teléfono. Habíamos visto un local bastante moderno justo en el edificio de al lado y seguro que tendrían allí conexión.
Falsa alarma, mi hermano me informa que se le había presionado mi número sin querer. Menudo susto!
Aprovechamos a cenar allí ya que tenían hamburguesas vegetales por 150 rs, y un WIFI estupendo con el que pudimos ponernos al día con las familias. La faena fue que las hamburguesas tenían cilantro, no me lo podía creer, con la pinta que tenían. En cuanto la olí me empecé a poner mala con retortijones y ganas de vomitar así que tuvimos que salir pitando para el hotel. Una noche más que ceno barritas del Mercadooona, Mercadona!
A las 18h teníamos 2 opciones, o ir a cenar a algún sitio que nos llevase Anil, o al hotel. A esas horas cenar es inviable porque a las 3 de la mañana puedo estar canina como el otro día... así que decidimos ir al hotel y una vez allí buscar algún café cercano con WIFI y cenar. Habíamos visto que la carta del hotel prometía pero cuando llegamos allí para dejar las cosas e ir al baño me llamó mi hermano, y que te llame tu familia, encima mi hermano, no podía significar nada bueno. Aún así no le cogí el teléfono. Habíamos visto un local bastante moderno justo en el edificio de al lado y seguro que tendrían allí conexión.
Falsa alarma, mi hermano me informa que se le había presionado mi número sin querer. Menudo susto!
Aprovechamos a cenar allí ya que tenían hamburguesas vegetales por 150 rs, y un WIFI estupendo con el que pudimos ponernos al día con las familias. La faena fue que las hamburguesas tenían cilantro, no me lo podía creer, con la pinta que tenían. En cuanto la olí me empecé a poner mala con retortijones y ganas de vomitar así que tuvimos que salir pitando para el hotel. Una noche más que ceno barritas del Mercadooona, Mercadona!